Las ansias de militarismo: El clamor del pueblo en México | El Heraldo de México
Título: AMLO busca refugio en las Fuerzas Armadas para asegurar su permanencia en el poder
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, conocido como AMLO, se ve cada vez más preocupado por los resultados de las elecciones de junio. Ante la posibilidad de una derrota total o parcial, busca asociarse con los militares para abatir su incertidumbre. Para AMLO, la idea de aceptar una derrota, ya sea parcial o total, simplemente no es una opción.
El mandatario exige a sus candidatos que ganen sus puestos de elección y obtengan la mayoría calificada en el Congreso. Para lograr este objetivo, calcula que necesitará la lealtad irrestricta de los militares. Busca asegurarse una victoria total en las elecciones y ve en los militares un recurso clave para alcanzar su objetivo.
La incertidumbre de AMLO aumenta a medida que se acerca la fecha de las elecciones. Él sabe perfectamente que las encuestas pagadas no reflejan la realidad del estado de ánimo de la sociedad. A medida que avanzan las campañas, la irritación social crece, algo que se refleja en las encuestas internas.
No existe ninguna encuesta seria que muestre un saldo positivo para el gobierno en temas como salud, educación, seguridad y corrupción. Todas arrojan saldos a favor del gobierno en el rango de los treinta porcentajes, mientras que la opinión negativa ronda entre el sesenta y setenta por ciento.
Este resultado es fatal para un gobierno que tiene como objetivo ganarlo todo. Incluso hay encuestas que indican que la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, es más popular que AMLO. Sin embargo, ella es solo una usuaria de la fuerza política del presidente y carece de reconocimiento propio.
Es destacable que la aprobación de los programas sociales ha caído por debajo del 50%. Esto se debe a que la sociedad ha comenzado a creer que estos beneficios son solo un truco para obligar a los beneficiarios a votar por Sheinbaum. Esto genera irritación social y una creciente demanda de libertad para ejercer el voto sin presiones ni interferencias gubernamentales.
Una clara expresión de la incertidumbre que rodea al presidente es la presentación de 20 propuestas de reformas constitucionales ante el Congreso de la Unión. Muchos de los puntos son confusos y mezclan áreas que no tienen relación alguna entre sí. Además, algunas propuestas, como la reforma al Poder Judicial y la desaparición de los órganos autónomos, son consideradas dardos envenenados.
¿Por qué AMLO presenta estas reformas como materia constitucional, si sabe de antemano que su partido no cuenta con la mayoría calificada en el Congreso? Muchas de estas propuestas podrían ser aprobadas como legislación ordinaria, sin necesidad de incluirlas en la Constitución. Es evidente que al presidente no le interesa que se aprueben, sino que busca apropiarse de la discusión en las campañas y ser el gran conductor del proceso electoral.
Esta actitud egocéntrica tiene varias razones. AMLO percibe la debilidad de la candidatura de Sheinbaum y ha constatado el crecimiento de la candidatura y la campaña de Xóchitl. Necesita desesperadamente que se deje de hablar de temas como inseguridad, violencia, desaparecidos, problemas en el sistema de salud y corrupción en su gobierno, así como sus relaciones con el narcotráfico. Los informes de la DEA son veneno para él y su entorno.
En este escenario de incertidumbre, AMLO recurre a las Fuerzas Armadas como refugio, aliado y potencial protector ante las dificultades políticas que se avecinan. Además, les propone un pacto en el que les permite involucrarse en el presupuesto público y en negocios legítimos e ilegítimos a cambio de su apoyo y lealtad irrestrictos en caso de que los resultados electorales no sean los esperados. Este pacto busca garantizar el control del país y alterar el orden público nacional si es necesario.
En resumen, el acercamiento de AMLO con las Fuerzas Armadas es una estrategia para asegurar su permanencia en el poder. Utiliza desde la corrupción hasta la venta de su “ideología transformadora” para envolver a los mandos militares en su plan de continuismo anticonstitucional. Su meta final implica reemplazar la Constitución por una nueva que facilite la existencia de un régimen cívico-militar legalmente constituido en México, sin permitir un Poder Judicial independiente ni un Poder Legislativo con nuevas mayorías y minorías.
Es crucial estar atentos a estos movimientos políticos y no permitir que se ponga en riesgo el orden constitucional del país. La sociedad mexicana debe velar por la democracia y la libertad de elección, sin dejarse influenciar por presiones o interferencias gubernamentales.