La inversión en infraestructura alcanzará su mínimo histórico en 2025
Recortes al gasto público impactarán en sectores clave de la economía mexicana
En medio de la incertidumbre económica provocada por la pandemia de COVID-19, el gobierno mexicano ha anunciado recortes al gasto público, especialmente en inversión física, lo cual ha generado preocupación en diversos sectores de la economía nacional.
Manuel Herrera, vicepresidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), señaló que estos recortes tendrán un impacto significativo en sectores como la construcción, que se vieron beneficiados con proyectos emblemáticos como el Tren Maya o el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles. La falta de nuevas obras que sustituyan a las que ya están en marcha podría dejar a muchos trabajadores de la construcción desempleados, lo cual representa un desafío para la economía mexicana.
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, el gasto en inversión física será menor al costo financiero de la deuda, lo cual ha generado preocupación en cuanto a la estabilidad de las finanzas públicas. El presidente del IMEF, Domingo Figueroa, destacó la importancia de invertir en infraestructura para mantener la competitividad del país y atraer inversión privada, especialmente en un contexto de regreso de inversiones que se fueron a Asia y que ahora buscan establecerse más cerca de Estados Unidos.
Figueroa subrayó la necesidad de mejorar la infraestructura en México para poder competir a nivel internacional, especialmente en sectores clave como la generación de energía limpia, carreteras, gasoductos y puertos. El sector privado, a través de concesiones, podría jugar un papel fundamental en contrarrestar la falta de inversión pública y en atraer nuevas inversiones al país.
En conclusión, los recortes al gasto público en inversión física plantean desafíos importantes para la economía mexicana, especialmente en sectores como la construcción y la energía. Es fundamental que el gobierno y el sector privado trabajen juntos para impulsar el desarrollo de infraestructura y mantener la competitividad de México en un entorno económico global cada vez más desafiante.