La Inflación Hunde el Consumo de Vino a Nivel Mundial
La Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) ha informado sobre la situación actual del mercado vitivinícola a nivel mundial, destacando las consecuencias de las tensiones geopolíticas y las crisis energéticas en la producción y distribución de vino. Según la OIV, estas situaciones han generado aumentos significativos en los precios para los consumidores, lo que ha impactado negativamente en la demanda general.
Uno de los países más afectados por esta caída en la demanda ha sido China, con una estimación de -25% en el consumo de vino el año pasado. A pesar de que el consumo de vino en China había aumentado considerablemente en los últimos años, la pandemia de COVID-19 y las presiones sobre los precios han provocado una disminución del 60% en los últimos cinco años.
En cuanto al comercio de vino a nivel mundial, se ha observado una caída del 6.3% en el volumen total de intercambios, pero solo un 4.7% en valor, alcanzando los 36,000 millones de euros. Esto se debe en parte a que el precio medio de un litro de vino ha alcanzado un récord, según la OIV.
La producción de vino también se ha visto afectada por las condiciones climáticas adversas, como heladas tempranas, fuertes lluvias y sequías, lo que ha llevado a una disminución del 10% en comparación con los niveles de 2022, siendo la más baja en más de 60 años. Italia, por ejemplo, ha registrado su cosecha de vino más baja desde 1950, con un descenso del 23% respecto al año anterior.
Para el año 2024, se espera un repunte en la producción de vino en Australia y Argentina, los dos mayores productores del hemisferio sur, después de una fuerte caída el año pasado. Sin embargo, se proyecta que seguirán un 4% y 6% por debajo del promedio de 2018/23. En el caso de Chile, se prevé una disminución del 17% en la producción de vino por tercer año consecutivo, debido a una primavera fría y una cosecha tardía.
En resumen, el mercado vitivinícola a nivel mundial se enfrenta a desafíos significativos debido a las tensiones geopolíticas, las crisis energéticas y las condiciones climáticas adversas, lo que ha impactado tanto en la demanda como en la producción de vino en diferentes países.