La fortaleza de México frente a las amenazas comerciales de Trump: Los dos factores protectores
¿Quién puede reemplazar a México?
Las principales cuatro partidas que Estados Unidos importa desde México son computadoras y unidades de procesamiento, automóviles, partes de motores de vehículos y vehículos a motor para transporte. ¿Qué tan fácil sería sustituir, por ejemplo, estas importaciones y qué países podrían más fácilmente reemplazar a México?
De acuerdo con un análisis de Banco BASE, existen obstáculos puntuales para que esto se logre, el primero es que México tiene una ventaja logística incomparable, el segundo es que existen muy pocas economías en el mundo que puedan competir frontalmente con México y la mayoría de ellas están fuera del continente.
En cuanto a los costos logísticos, la institución financiera detalló que el costo logístico de importar bienes desde México hacia Estados Unidos es una de las mayores ventajas que tiene el país. Pues es de apenas 0.79 dólares por cada 100 dólares de las importaciones de EU, lo cual está muy por debajo del promedio de 2.8 dólares por cada 100.
Esto es relevante porque las potencias exportadoras en las partidas en que México tiene participación clave son economías avanzadas como Alemania, Japón y Corea del Sur, además de China, la principal economía emergente. Todas ellas están fuera del contienente americano y supondrían un aumento considerable en costos de transporte.
“(Aunque) otros países como China, Vietnam, India o naciones en Centroamérica tienen capacidades exportadoras en sectores clave como automotriz, manufactura ligera y agricultura”, no obstante, México tiene menores costos de transporte y tiempos de entrega gracias al T-MEC y una larga historia de integración”, explicó Ramsé Gutiérrez, vicepresidente senior y codirector de Inversiones en Franklin Templeton México.
“Desarrollar y establecer relaciones comerciales sólidas con nuevos socios tomaría años, dejando brechas en la oferta (durante todo ese tiempo)”, añadió el especialista.
¿Canadá es competencia?
Según Banco BASE, no necesariamente. Canadá, aunque tiene una gran cercanía a Estados Unidos, su plataforma de exportación es menos compleja que la de México, ya que surte principalmente madera, metales y energéticos. Algo similar ocurre con el resto de las economías latinoamericanas.
Y, hablando de economías emergentes que lideran algunas de las principales partidas de importaciones estadounidenses, destacan Vietnam y Polonia, en cuanto a equipo eléctrico y los países árabes en energéticos.
El reshoring sería costoso para ambos países
Donald Trump quiere que las empresas vuelvan a producir en Estados Unidos y amenazó con un arancel del 25% a las importaciones mexicanas que, según él, podría materializarse en febrero. Pero eso es más complicado de lo que es decirlo.
“Trump dijo en su discurso de toma de protesta que Estados Unidos regresará a ser un país manufacturero, lo que podría lograr a costa de precios mucho mayores, mayor inflación y tasa de interés, lo que se reflejaría en un menor crecimiento económico de Estados Unidos”, indicó Banco BASE en el documento.
Y como teóricamente los países exportan los productos en los que tienen una ventaja comparativa, “forzar el regreso de toda la manufactura que actualmente importa Estados Unidos, sería retroceder en el tiempo y poner en riesgo la especialización, innovación y desarrollo de productos”.
Banco BASE advirtió que si Trump materializa acciones para relocalizar las industrias clave para México al interior de su país, podría poner en riesgo el crecimiento de la inversión extranjera directa en México.
El especialista de Franklin Templeton consideró necesario tomar en cuenta que la mano de obra mexicana es significativamente más barata y que atraer empresas a Estados Unidos aumentaría costos de producción, afectando su competitividad global e incrementando la inflación para los estadounidenses, algo que va en contra de la promesa de Trump de reducir los precios.
“La relocalización dentro de Estados Unidos podría considerarse para sectores estratégicos, pero requeriría incentivos gubernamentales masivos, lo que podría generar un impacto fiscal significativo y no resolver los problemas logísticos inmediatos”, comentó.