La Elección Popular del Poder Judicial en Bolivia: Una Historia que México Debe Conocer en Tiempos de Reformas
En una mesa de análisis político en el programa “A Fuego Lento” de Heraldo Media Group, los conductores Isaías Robles y Alfredo González conversaron con Mauricio Quiroz, destacado periodista boliviano, sobre un precedente histórico en la vida democrática mundial. Quiroz explicó en detalle cómo Bolivia se convirtió en el único país en realizar una elección popular de su Poder Judicial, un evento que podría repetirse en México si las reformas propuestas por Morena se aplican en la Legislatura.
La parte central de esta reforma en México se centra en la elección popular de ministros y magistrados, una práctica ya implementada en Bolivia desde 2009. Quiroz, destacado periodista del periódico “El Deber”, describió los antecedentes de esta situación en su país. “Una reforma que data del 2009 cambió drásticamente los ejercicios de múltiples poderes, haciendo el proceso mucho más complejo en donde se buscaba otorgar más poder a los pueblos indígenas”, explicó.
En Bolivia, la ciudadanía demandaba que el poder estuviera en manos de la población, lo que llevó a que todos los poderes incluyeran representantes de los pueblos indígenas y diferentes candidatos para ejercer puestos en el Poder Judicial. Aunque los legisladores aprobaban a los candidatos, el proceso es ahora más complejo.
“Es una elección particular, son 23 magistrados con sus suplentes. Cada candidato debe ser elegido desde el parlamento, presentar su currículum, rendir un examen para aparecer en la papeleta electoral y ganar dos tercios de los votos”, detalló Quiroz.
Además, los candidatos no pueden hacer campaña; las legislaturas son las encargadas de difundir sus perfiles y currículums. Quiroz aseguró que los antecedentes de estas elecciones han sido un fracaso, predominando los votos nulos y las bromas en las papeletas electorales. “Fue un rotundo fracaso, hay muchos huecos y vacíos legales”, afirmó.
Sobre su recomendación para los mexicanos, Quiroz expresó la necesidad de un ajuste constitucional y una profunda reflexión para elegir a los mejores candidatos, aquellos con los mejores perfiles que a menudo no tienen comparación con el ejercicio político. Advirtió que la justicia en Bolivia “está divorciada de la gente”, ya que tras las reformas, el Poder Judicial quedó al servicio de intereses ajenos al pueblo.