El nuevo gobierno mexicano no seguirá promoviendo la autosuficiencia de maíz transgénico: ¿cuál es la razón?
El nuevo gobierno encabezado por la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, del partido oficialista Morena, tiene como objetivo principal mantener la autosuficiencia en la producción de maíz blanco en México. Así lo afirmó el designado secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Berdegué, en una reciente entrevista con Reuters.
Berdegué, un experimentado agrónomo de 66 años que acompañó a Sheinbaum durante su campaña, señaló que si bien el país seguirá importando maíz amarillo para alimentar al ganado y satisfacer la demanda de carne de la población, el enfoque principal estará en aumentar la producción de maíz blanco.
México es uno de los principales compradores de maíz amarillo transgénico de Estados Unidos, con una cifra cercana a los 6,000 millones de dólares anuales. Sin embargo, actualmente ambos países se encuentran en medio de una disputa comercial por el comercio de este grano, la cual se resolverá en el último trimestre del año a través del panel de solución de controversias del acuerdo comercial de Norteamérica, T-MEC.
El conflicto se originó a raíz de un decreto emitido en 2023 por el gobierno actual de López Obrador, que prohíbe el uso de maíz amarillo para consumo humano, especialmente en la elaboración de harina y masa para tortillas, un alimento básico en la dieta de los mexicanos. Estados Unidos alega que esta medida carece de fundamentos científicos y viola los compromisos establecidos en el T-MEC.
No obstante, Berdegué aseguró que el gobierno de Sheinbaum respetará completamente el decreto de López Obrador y buscará alcanzar la autosuficiencia en maíz blanco, sin descuidar las importaciones necesarias de maíz amarillo para otros usos. En ese sentido, el secretario de Agricultura afirmó que, si se logra la autosuficiencia en maíz blanco y se garantiza el abastecimiento de maíz amarillo para usos industriales y forrajeros, no habrá problemas en el ámbito comercial.
En medio de esta situación, el gobierno entrante se enfrenta al desafío de equilibrar la autosuficiencia en la producción de maíz blanco con la necesidad de importar maíz amarillo para otros fines, en un escenario marcado por la disputa comercial con Estados Unidos y la presión por garantizar la seguridad alimentaria de la población mexicana.
