Desafío del paquete económico: reducir el mayor déficit de la historia
La administración saliente deja un panorama económico complicado en México, con finanzas debilitadas y un aumento del déficit en los últimos años. Según José Luis Clavellina, director de Investigación del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), en los primeros años se mantuvo un equilibrio presupuestario y disciplina fiscal, pero durante la pandemia el gobierno decidió aumentar el déficit con el pretexto de terminar obras prioritarias.
Para este año se espera que el déficit alcance el 6% del PIB, lo cual representa un billón de pesos. Hacienda planea reducirlo a un 3.5%, lo que implicará recortes significativos en el gasto público, especialmente en el gasto programable destinado a la entrega de bienes y servicios a la población.
El secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, ha adelantado que se buscarán eficiencias y economías de escala a través de la eliminación de duplicidades en funciones, la digitalización de procesos y la reducción de subsidiarias de empresas estatales como Pemex y la CFE. Sin embargo, cualquier recorte en el gasto público puede significar una menor dinámica para la economía, afectando la inversión privada y las expectativas de crecimiento.
Organismos como el Banco de México, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional han reducido sus proyecciones de crecimiento para la economía mexicana, situándolas entre el 1.2% y el 1.5%. Hacienda prevé un rango de crecimiento del 2 al 3%, pero las perspectivas económicas para el futuro se ven afectadas por la desaceleración y el ajuste fiscal previsto.
Un menor crecimiento económico también implicará una menor recaudación de ingresos, especialmente los tributarios que gravan las ganancias de las empresas y el consumo. Ante este panorama, es crucial que el gobierno tome medidas responsables para fortalecer la economía y garantizar un crecimiento sostenible en los próximos años.
