Campesinos de Atenco en alerta por grietas gigantes tras inundación
Tras la inundación de zonas agrícolas en Atenco, Estado de México, por el desborde del río San Bartolo, la aparición de enormes grietas en el terreno mantiene en alerta a los campesinos de la región. Las grietas, que se extienden hasta 80 metros de largo y alcanzan una profundidad de metro y medio, fueron descubiertas por los propios agricultores durante un recorrido por las áreas afectadas una vez que el nivel del agua comenzó a descender.
Preocupados por la magnitud de las fisuras y su cercanía a algunas viviendas de la colonia Amaral, los campesinos hicieron un llamado a las autoridades de Protección Civil para que tomen las medidas preventivas necesarias y eviten posibles derrumbes o hundimientos.
Adrián Hernández Romero, director de Protección Civil del Estado de México, acudió a la zona para realizar un recorrido por las márgenes del río San Bartolo y la colonia Amaral, ubicadas cerca de la autopista Peñón-Pirámides. Las autoridades aún no han determinado las causas exactas de la formación de estas grietas, pero se presume que la combinación de la saturación del suelo por las inundaciones y el peso del agua pudo haber generado un agrietamiento importante.
Las grietas en la tierra pueden formarse por diversos motivos, que se pueden agrupar en dos categorías principales: procesos naturales y causas antropogénicas. El movimiento de las placas tectónicas que conforman la corteza terrestre está en constante movimiento, lo que genera tensión y fracturas en la superficie, estas fracturas pueden evolucionar hasta convertirse en grietas o incluso en grandes fallas geológicas.
La erupción de volcanes también puede provocar hundimientos del terreno, agrietamientos y la formación de nuevas fallas geológicas debido al movimiento de magma y gases bajo la superficie. La falta de agua puede provocar que el suelo se contraiga y se agriete, especialmente en zonas con suelos arcillosos.
Mientras que los factores antropogénicos pueden ser la explotación de recursos como el agua subterránea, el petróleo o los minerales que pueden generar hundimientos del terreno y la formación de grietas. La tala de árboles debilita la estructura del suelo, lo que lo hace más susceptible a la erosión y la formación de grietas.
También el uso excesivo de agua y fertilizantes en la agricultura puede provocar cambios en la estructura del suelo y la formación de grietas, al igual que la construcción de edificios, carreteras y otras infraestructuras que pueden alterar el terreno y generar grietas, especialmente si no se toman las medidas de prevención adecuadas.
En cuanto a los daños que puede ocasionar una grieta como la de Atenco, se incluyen afectaciones a infraestructuras como la estabilidad de edificios, carreteras y otras estructuras, desprendimientos de tierra que pueden provocar derrumbes y deslizamientos, así como alteraciones en el ciclo del agua que pueden impactar la disponibilidad de este recurso para el consumo humano, la agricultura y los ecosistemas.