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Los empleos más frecuentes entre la clase alta en México, según el INEGI

La distribución de clases sociales en México ha sido objeto de un estudio exhaustivo llevado a cabo por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), cuyos resultados han arrojado datos reveladores sobre la composición de la sociedad mexicana en términos económicos.

Según el análisis titulado “Cuantificado la Clase Media en México 2010-2020”, el 56.6% de la población se encuentra en la clase baja, el 42.2% en la clase media y solo el 1.2% pertenece a la clase alta. Estos porcentajes reflejan una marcada desigualdad en la distribución del ingreso en el país.

El estudio del Inegi también reveló que aquellos que pertenecen a la clase media en México tienen un ingreso promedio mensual de 77 mil 975 pesos, muy por encima de los 22 mil 297 y 11 mil 343 pesos de las clases media y baja, respectivamente. Estos datos evidencian las brechas económicas existentes entre los diferentes estratos sociales.

En cuanto a las características de la clase alta en México, el Inegi señala que residen principalmente en Colima, Ciudad de México, Querétaro, Nuevo León y Yucatán. Con una edad promedio de 40 años y familias integradas por 2.4 personas, los integrantes de esta clase suelen ocupar puestos jerárquicos en empresas privadas o en el sector público.

En términos de gastos, la clase alta destina una parte significativa de su ingreso en consumo de alimentos, bebidas y tabaco fuera del hogar, seguido por la compra de gasolina, educación, cultura y recreación, entre otros rubros. Estos datos ponen de manifiesto las diferencias en los patrones de consumo entre los distintos estratos sociales.

Por otro lado, la clase media en México, con un ingreso promedio de 22 mil 927 pesos al mes, se concentra principalmente en la Ciudad de México, Colima, Jalisco, Baja California y Sonora. Mientras que la clase baja, con un ingreso mensual promedio de 11 mil 343 pesos, se encuentra mayoritariamente en Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla y Tlaxcala.

En resumen, los datos proporcionados por el Inegi reflejan la realidad socioeconómica de México, donde la desigualdad en la distribución del ingreso sigue siendo una problemática latente. Es necesario implementar políticas públicas que promuevan una distribución más equitativa de la riqueza y que permitan una mayor movilidad social en el país.

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