Mensaje de Dejan frente a Calimax Hipódromo: advertencia en Tijuana
La noche del domingo, una bolsa y una cartulina con un mensaje fueron encontradas junto al Calimax Hipódromo ubicado en el bulevar Agua Caliente, en Tijuana. Un grupo de personas que caminaban por la zona alertaron a las autoridades sobre una bolsa y la cartulina de color fosforescente en la zona peatonal.
Al llegar los oficiales, inspeccionaron la bolsa y encontraron restos en su interior, lo que les llevó a acordonar el área hasta la llegada del personal de la Fiscalía General del Estado (FGE).
La cartulina firmada por el Cártel de Sinaloa va dirigida a dos elementos policiales a quienes relacionan con el Cártel Jalisco Nueva Generación y les atribuyen delitos como desaparición forzada y privación de la libertad. Hasta el momento las autoridades no han reportado personas detenidas relacionadas al hecho violento en donde hace semanas también fueron abandonados restos humanos a unos metros de dicha zona.
Un narcomensaje o narcomanta es un mensaje escrito que dejan los grupos del crimen organizado, principalmente cárteles de la droga, en lugares públicos como sitios de ejecuciones, junto a los cuerpos de sus víctimas o en lugares estratégicos para que sean vistos por la población.
Estos mensajes suelen ir firmados por un grupo criminal y tienen como objetivo principal comunicar amenazas, advertencias o justificaciones a otros grupos rivales, a las autoridades, a la población en general o a personas específicas. Los narcomensajes pueden contener diversos tipos de mensajes, como:
– Amenazas a grupos rivales, a las autoridades o a personas específicas.
– Advertencias sobre las consecuencias de no seguir sus reglas o de colaborar con sus enemigos.
– Justificaciones de sus actos violentos, como si fueran una forma de “justicia” o de “limpieza social”.
– Propaganda para promover su imagen y su poderío.
– Ofertas de recompensa por la captura de miembros de grupos rivales.
Los narcomensajes se caracterizan por su contenido violento y amenazante, a menudo acompañado de imágenes explícitas de las víctimas o de la escena del crimen, su lenguaje suele ser coloquial, agresivo y despectivo. Se utilizan sábanas blancas, mantas o cartulinas como soporte, y el texto suele estar escrito a mano con rotuladores de colores llamativos.
El propósito de estos es generar miedo e inseguridad en la población, y en muchas ocasiones dificultan la labor de las autoridades para investigar y combatir el crimen organizado.
LA/TJM