Claudia Sheinbaum vuelve a Acapulco tras seis meses del Huracán ‘Otis’
En el día 50 de la campaña, Claudia Sheinbaum pisó Acapulco por primera vez, después del impacto de Otis, huracán categoría 5.
Son las 8:00 horas y en el Aeropuerto Internacional de Acapulco y cientos de simpatizantes se mantienen detrás de las unifilas temporales, en las llegadas nacionales. Playeras guindas y sombreros calentanos son el común denominador.
Los ánimos están a tope, acaba de pasar el emecista Jorge Álvarez Máynez y en su cara le gritaron “Claudia”, en repetidas ocasiones. No tuvo de otra, sólo respondió con su característica sonrisa, aquella que mostró en el primer debate presidencial.
A las 8:08 horas, con una blusa blanca con girasoles y pantalón de mezclilla, Sheinbaum cruza por las puertas y la gente se le abalanza, las unifilas no sirvieron. En segundos fue rodeada: alguien le quería poner un collar de flores, otra le pidió una foto y un tercera le hace una petición frente a frente. Atrás de ellos, un par de sujetos con megáfonos generan un ruido ensordecedor.
La gente empuja para llegar a ella. Unos se reclaman, otros piden apoyo. Es intransitable. Es la llegada más atropellada de Claudia Sheinbaum en casi un año de recorridos por el país.
Tras media hora avanzando a paso lento, logra salir del edificio del Aeropuerto. Los apretujones siguen y la candidata decide poner un orden. Toma un megáfono: “muchas gracias por el recibimiento, vamos a organizarnos un poquito para la fotografía, porque si no va a haber mucho apretujadero”.
Pide que se forme una fila para que cada uno de los presentes tengan su foto del recuerdo. 15 minutos o más en la dinámica. Dice adiós para hacer una escala previo a su reunión con los banqueros.
Mientras, en el Boulevard de las Naciones, una de las importantes avenidas de la Zona Diamante, hay árboles caídos o torcidos, mallas ciclónicas en el suelo, la barda del Panteón de la Poza sigue colapsada y las fachadas de los negocios siguen con daños.
En el restaurante 100% Natural, muy cerca de donde la candidata presidencial por la coalición Sigamos Haciendo Historia se reunirá con los banqueros, todo parece normal.
El estacionamiento luce lleno y los clientes entran y salen. Sin embargo, hay un grupo de trabajadores, muy cerca de las mesas, que están sobre un andamio reparando la palapa.
Apenas hace dos meses dejaron la banqueta para migrarse donde despachaban antes de la tragedia. “Sigue siendo difícil”, reconoce una de las meseras que despacha a los comensales. Pero agrega: ya están mejor las cosas.
A seis meses de este desastre natural, uno de los principales centros turísticos del país está de pie, pero con heridas abiertas.
En la Expo Mundo Imperial se celebra la 87 Convención Nacional Bancaria. Hombres con guayaberas en tonos claros y mujeres con vestidos blancos, van y vienen en sus pasillos.
El bullicio es evidente: los tres aspirantes a la Presidencia y el Presidente Andrés Manuel López Obrador van a platicar con los banqueros. En un enorme salón de la Expo, miembros de la Asociación Mexicana de Bancos (ABM) se preparan para escuchar los proyectos que estarán en juego el 2 de junio de 2024.
La primera en aparecer es la candidata del PRI, PAN y PRD, Xóchitl Gálvez; le sigue Jorge Álvarez Maynez por Movimiento Ciudadano. Tras las ponencias y sesiones de preguntas y respuestas de los dos primeros, es turno de la abanderada de la Cuarta Transformación.
A las 12:43 es recibida con aplausos de los presentes. Se ha cambiado y ahora porta un vestido blanco. Ya en el podio, pide que pongan la presentación, que normalmente expone a la Iniciativa Privada.
Pero arranca con el agradecimiento por la celebración de la Convención Nacional Bancaria en Acapulco, como muestra de apoyo por Otis. Una vez reconocido el gesto, inicia su discurso con el panorama económico actual, donde destaca su solidez, y pasa a sus propuestas de gobierno: descarta una reforma fiscal, más carreteras, ampliación de la red ferroviaria, rehabilitación de puertos y otras más.
Pasa a la sesión de preguntas y respuestas con Leonardo Curzio. Y remata su participación con un mensaje a los banqueros. “Les ha ido muy bien en estos seis años, a pesar de la pandemia”, asegura. Se despide de algunos que buscan una foto.
El evento de la Convención ha sido un tanque de oxígeno para algunos. Luis, quien brinda sus servicios como mesero, cuenta que ya se han recuperado y eventos de este tipo los ayudan. Cree que ya están al 100 o casi.
En el puente vacacional del 18 de marzo alcanzaron una ocupación hotelera del 92 por ciento, reportaron las autoridades estatales.
En el camino de Diamante a la Costera, a través de la escénica, se ve la enorme bahía, aquella que representa recuerdos de la infancia de un sinnúmero de mexicanos.
“Hoy estoy de regreso en Acapulco, me lleno de nostalgia y recuerdos, porque cuando era niña mis papás nos llevaban a la playa, comíamos taquitos de papa y huevos duros con salsa búfalo”, posteó Sheinbaum en su Instagram, con un par de fotos cuando era niña, con sus mamá y su papá.
Ya en la costera, algunos hoteles también continúan con daños por Otis en sus fachadas, también los árboles, los cables de la luz enmarañados, sigue vivo el recuerdo de Otis. Pese al panorama adverso, hay quienes tienen confianza en que todo vuelva a la normalidad, como Jesús Palomares
“Poco a poco se va a ir levantando Acapulco, porque todavía estamos derrotados”, dice el obrero acapulqueño de 44 años. Él, al igual que miles de simpatizantes, se han dado cita en el Zócalo de Acapulco. Los hombres y mujeres con sombreros calentanos son mayoría en el evento político. “A la triqui tritriqui”, se escucha entre el público. Es la tradicional arenga de los guerrerenses, algo así como el “chiquitibum” de los chilangos.
La gente pregunta si ya viene en camino la candidata, están desesperados. “Quiero pedirle una beca”, dice una estudiante de 18 años. A lo lejos, en el horizonte, el sol comienza a ocultarse y los destellos de los rayos del sol regalan un paisaje en tonos naranjas.
Poco después de las 18:00 horas Sheinbaum llega al encuentro con la militancia de la Cuarta Transformación. Cambió de nuevo su outfit: blusa bordada con tonos rosados, mezclilla y unas alpargatas.
Después de saludar a quien puede, la candidata presidencial ingresa a la valla y es recibida con un ritual. Es una limpia con incienso. Recibe un bastón de mando con una cabeza de águila grabada en madera en lo alto y listones rojos, negros, blancos y amarillos.
Serán casi 40 minutos en los que recibirá abrazos, regalos, un chaleco de Morena, un collar de flores y otras tantas muestras de apoyo.
A lo lejos, pero muy cerca del escenario, ya la esperan ni más ni menos que Marcelo Ebrard, coordinador de vínculo con organizaciones civiles y mexicanos en el exterior; también Mario Delgado, presidente nacional de Morena y coordinador de la campaña; Gerardo Fernández Noroña, coordinador de Vínculo con Organizaciones Sociales.
La larga caminata llega a su fin con Claudia Sheinbaum en el escenario y la luna siendo visible. Hoy, el mar de la Bahía de Acapulco, con unos cuantos yates navegando, es la escenografía del mitin político.
Es Marcelo Ebrard el encargado de la apertura. “Presidenta, Presidenta”, grita en el micrófono y lo secunda el público. Quién hubiera imaginado esta escena hace unos cuantos meses. Es breve en sus palabras. Tres minutos le han bastado para su participación.
Siguen Félix Salgado Macedonio y Beatriz Mojica, aspirantes al Senado de la República, quienes hacen un llamado a consolidar la Transformación.
Llegó el momento estelar de la tarde. Claudia Sheinbaum Pardo dará un discurso. El 25 de octubre de 2023, Otis impactó las costas de Guerrero, dejando 265 mil damnificados, y hoy, hoy 19 de abril, la candidata presidencial asegura que Acapulco está de pie.
“Que lo sepa Guerrero, que lo sepa el país el completa y que lo sepa el mundo: Acapulco está de pie”, afirma. En el Zócalo acapulqueño, la bandera mexicana ondea y la brisa del mar refresca en el día 50 de campaña.
srgc
