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El Fondo de Pensiones del Bienestar no será suficiente para completar tu retiro

La reforma de pensiones en México: ¿Un cambio real o un movimiento político?

La reciente propuesta de reforma de pensiones en México ha generado controversia y debate en el ámbito político y académico del país. La iniciativa busca lograr pensiones más dignas para los trabajadores al momento de la jubilación, con un objetivo de alrededor de 16,400 pesos mensuales. Sin embargo, las voces críticas señalan que el sistema propuesto tiene importantes desafíos financieros y que su implementación podría estar motivada por intereses electorales.

Según Carlos Matute, académico de la Facultad de Derecho de la Universidad Panamericana (UP), para que el sistema de pensiones sea financieramente viable, los trabajadores deberían estar cotizando un salario de 16,000 pesos durante 40 años. Actualmente, el salario promedio de cotización en el país se sitúa entre 12,000 y 13,000 pesos, lo que hace que alcanzar este nivel de ahorro sea prácticamente imposible para la mayoría de los trabajadores.

Para financiar el Fondo de las Pensiones del Bienestar, se planea alimentarlo con las utilidades de empresas estatales como el Tren Maya y del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (Indep), así como con las pensiones que los trabajadores no reclamen. Sin embargo, expertos como Moisés Peñaloza, director de Retiro y Bienestar financiero para Latinoamérica en Aon, cuestionan la viabilidad de estas fuentes de financiamiento a largo plazo.

Además, la propuesta ha levantado sospechas sobre posibles motivaciones políticas, dado que fue presentada en medio de una campaña electoral. Iván Franco, fundador de la consultora Triplethree International, señala que la reforma podría estar más enfocada en conseguir votos que en abordar de manera integral los problemas del sistema de pensiones en México.

Los legisladores de la oposición, como el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), han mostrado su rechazo a la iniciativa, advirtiendo sobre posibles riesgos y falta de consenso en su diseño. Aunque la propuesta fue aprobada en comisión, aún debe pasar por el pleno de la Cámara de Diputados y Senadores para entrar en vigor.

En conclusión, la reforma de pensiones en México plantea importantes desafíos financieros y suscita dudas sobre sus verdaderos objetivos. Mientras algunos la ven como un paso necesario hacia pensiones más justas, otros la perciben como un movimiento político con motivaciones electorales. El debate está abierto y será crucial seguir de cerca su desarrollo y repercusiones en el sistema de pensiones mexicano.

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