La alianza inesperada: Sheinbaum levanta las manos de Armenta y Margarita González
En el día 31 de este proceso electoral quedó demostrada la valía de Puebla: las dos candidatas presidenciales punteras acudieron a este estado para estar en los arranques de sus compañeros candidatos.
En Izúcar de Matamoros, un grupo de personas con enormes sombreros de palma, máscaras, trajes atigrados y látigos, acompañados por el sonido de un tambor y una flauta deleitan a los presentes, quienes se han dado cita a un mitin de Claudia Sheinbaum.
En la Plaza de la Constitución, los tecuanes llevan a cabo su danza tradicional, característica de la mixteca poblana. Esperan a la candidata presidencial y a Alejandro Armenta.
La cita para el evento político es a las 11:00 horas y ahí, en el pie de la valla, Refugio Mercado trae un detalle para la candidata.
“Como los herederos, traemos personalmente un regalo a la doctora Claudia Sheinbaum”, dice mientras carga un árbol de la vida.
Refugio forma parte de la cuarta generación de una familia de artesanos de Izúcar de Matamoros. Se han encargado de confeccionar el árbol de la vida, sinónimo de una buen augurio para un nuevo matrimonio. Apenas, en meses atrás, Claudia Sheinbaum se casó con José María Tarriba.
Sobre la calle Aquiles Serdán los tecuanes dejan de chicotear sus látigos y piden a la gente replegarse hacia la banqueta. Llegó la invitada de honor.
Previamente la gente la rodeó en cuanto bajó de su camioneta. La acompaña Alejandro Armenta. Ambos avanzan entre saludos y abrazos de los presentes.
Después de unos minutos caminando en medio del tumulto de la gente, ingresan a una valla. Son arropados. Frente a los candidatos, un grupo de fotógrafos y camarógrafos captan cada momento.
Don Refugio logra esquivarlos replegándose a la valla y se topa con Claudia Sheinbaum. Le entrega el árbol de la vida, aquel que es augurio de un buen matrimonio.
Un grupo de mujeres campesinas de la región cañera también esperan su turno. En sus canastas traen collares de cacalosúchil, flor que principalmente se da en el cerro, explican. Tiene tonos naranjas, rosas y rojos.
Tras las muestras de cariño en la bienvenida, Sheinbaum y Armenta tardan 35 minutos para arribar al escenario, donde los esperan Ricardo Monreal, Gerardo Fernández Noroña, Ignacio Mier, Leonel Godoy, entre otros políticos.
Selfies, regalos, peticiones, es el ritual que se repite cada vez que hay un mitin en esta campaña por la Presidencia de la República.
En el camino se cruzan con Josefina, de 33 años. Es madre de dos pequeños, quienes estudian en la primaria. “Ojalá y se apoye a las madres como yo, no es suficiente con lo que gano para atender a mi familia”.
Sheinbaum y Armenta, con los collares de cacalosúchil, están por llegar al escenario. Ella porta un vestido blanco con bordados de colores y sus clásicas alpargatas. Él, camisa blanca y pantalón azul obscuro, con zapatos negros.
La candidata presidencial se enfila a su derecha cuando Armenta la detiene. Pide que cambie de dirección, el motivo: su padre está entre el público y quiere que Sheinbaum lo salude. Ella redirige el camino y accede al saludo.
Ambos suben al escenario. La candidata presidencial le levanta la mano izquierda a Armenta. Así arrancan la campaña por la Gubernatura de Puebla.
El Senador con licencia inicia su discurso de ocho minutos y 24 segundos. Habla sobre la unidad en Puebla y llama a votar en seis ocasiones por los partidos del movimiento de la Cuarta Transformación: Presidencia, Gubernatura, Senado, diputados federales y locales, así como Presidencias municipales.
Sheinbaum toma la palabra. Aborda su proyecto de gobierno, pero hace un reconocimiento a los ciudadanos que han migrado a Estados Unidos.
“Los poblanos y las poblanas sostienen la economía de Puebla, sostienen la economía de México y también sostienen la economía de Estados Unidos”, asegura.
Se compromete con los presentes para preservar los principios del movimiento: no mentir, no robar y no traicionar al pueblo.
El mitin lo remata Julio Onefre, quien le compuso un corrido, al igual que lo hizo con el hoy Presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Ella tiene honestidad, resultados comprobados…”, canta con el micrófono en mano. Sheinbaum la escucha.
Ahora es momento de trasladarse a 115 kilómetros de distancia, donde los chinelos morelenses la esperan.
“Se van a quedar parados ahí”, pregunta una mujer que está recargada en la valla que ingresará a Sheinbaum al escenario de la Plaza de Armas, en Cuernavaca.
Llegamos desde temprano y queremos verla, señala Miriam. “Yo quiero ver una mujer Presidenta en México, creo que es el sueño de muchas”, remata la chica de 25 años.
En el sitio, Adán Augusto López reaparece en la escena política. Acompaña a Sheinbaum en el día 31 de su campaña.
Hombres y mujeres en zancos se suman a los multicolores chinelos. La música arrecia cuando Sheinbaum llega en compañía de Margarita González, quien busca la Gubernatura de Morelos.
La candidata presidencial los observa. Intenta retomar el ritmo por unos segundos. Levanta los puños en lo alto. Estrecha sus manos y prosigue. Tarda alrededor de 40 minutos para llegar al escenario, después de tomarse fotos y recibir regalos.
Banderas de la comunidad LGBTTTIQ y de los partidos de la Cuarta Transformación se mezclan entre el público.
Al pie de la escalera que las conduce en lo alto del evento, Sheinbaum espera a Margarita González, la toma de la mano izquierda y se la levanta.
En una ponencia de 28 minutos, Margarita González dibuja su plan de gobierno. Tropieza en la dicción de sus palabras, pero prosigue.
Sheinbaum toma el micrófono. En 25 minutos, un discurso más corto que la aspirante a la Gubernatura, plantea su proyecto de nación 2024-2030.
No deja pasar su estancia en Morelos para recordarle al Fiscal Uriel Carmona su negro pasado.
“Ustedes saben que cuando yo estuve en la Ciudad, la Fiscal General de Justicia de la Ciudad de México descubrió que el Fiscal de Morelos había encubierto varios feminicidios, pero en particular uno”, asegura.
Los confetis en el aire avisan que ha culminado el segundo y último mitin del día 31 de campaña, donde Sheinbaum le levantó las manos izquierdas a Alejandro Armenta y Margarita González.