Conductores ebrios en CDMX: ¡Cuidado con las multas!
Las consecuencias de manejar en estado de ebriedad en la Ciudad de México
En la Ciudad de México, las multas por manejar en estado de ebriedad son de las más altas, pero los problemas económicos que acarrea esta situación van más allá de una simple sanción monetaria. Manejar bajo los efectos del alcohol puede resultar en accidentes graves, lesiones para los ocupantes del vehículo, atropellos a peatones e incluso la pérdida de vidas humanas. Además del daño físico, también se puede ocasionar daños materiales en el mobiliario público, calles, e incluso viviendas.
Según el Artículo 50 del Reglamento de Tránsito de la Ciudad de México, está prohibido conducir con una cantidad de alcohol en sangre superior a 0.8 gramos por litro o en aire espirado superior a 0.4 miligramos por litro. Esta normativa aplica a todos los conductores, con excepción de aquellos que manejan vehículos destinados al servicio de transporte público, transporte escolar, de emergencia, de carga o de sustancias peligrosas.
Los conductores detenidos por conducir en estado de ebriedad están obligados a realizarse una prueba de detección de alcohol u otras sustancias, y en caso de dar positivo, enfrentarán un arresto administrativo de 20 a 36 horas, además de la pérdida de seis puntos en su licencia de conducir y la remisión de su vehículo al depósito vehicular.
Para sacar el vehículo del corralón, el infractor deberá pagar por el arrastre y almacenaje, cuyos montos son establecidos por las autoridades mexicanas. En caso de que el propietario del vehículo no sea el infractor y el conductor no cumpla con la sanción impuesta en un plazo de treinta días, el propietario deberá cubrir una multa de 60 veces la Unidad de Medida y Actualización vigente, aproximadamente 6 mil 514.2 pesos en 2024.
En resumen, manejar en estado de ebriedad no solo conlleva sanciones económicas, sino también graves consecuencias para la seguridad vial y la integridad de las personas. Es fundamental evitar esta práctica y tomar conciencia de los riesgos que implica para uno mismo y para los demás en las calles de la Ciudad de México.
