El consumo de maíz transgénico en México: falta de evidencia de impacto en la salud, según subsecretario de la UE
El subsecretario de Agricultura de México ha desafiado a Estados Unidos a presentar evidencia científica que demuestre que el maíz transgénico no perjudica a la población mexicana. Este desafío surge en medio de una disputa comercial que podría afectar las ventas de maíz estadounidense en México.
En respuesta a la solicitud de estudios sobre la inocuidad del maíz genéticamente modificado, México ha expresado su preocupación por la falta de evidencia científica presentada por Estados Unidos y las empresas que producen este tipo de maíz. El subsecretario de Agricultura ha destacado que no hay bases científicas para afirmar que el maíz transgénico es seguro para el consumo humano.
La controversia se ha intensificado en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), con Estados Unidos solicitando un panel de solución de disputas debido al decreto de México que prohíbe el uso de maíz transgénico en la producción de harina para tortillas. México ha argumentado que la prohibición se basa en estudios que vinculan el consumo de maíz transgénico con riesgos para la salud humana.
A pesar de la disputa, México ha asegurado que las importaciones de maíz desde Estados Unidos han aumentado en los últimos años y que el decreto no afecta significativamente al comercio entre ambos países. México ha reiterado que su objetivo es lograr la sustitución gradual del maíz transgénico en la dieta de la población mexicana, en línea con una meta estratégica de soberanía alimentaria.
Se espera que Estados Unidos responda a la posición de México en este conflicto, mientras que la discusión sobre la seguridad y el impacto del maíz transgénico en la salud pública continúa siendo un tema de debate en el ámbito político y económico de ambos países.
