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El limitado avance de la participación económica de la mujer en México: un análisis del IMCO

El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) ha revelado que la participación de las mujeres en puestos directivos en México es del 46%, cifra que se encuentra por debajo del promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que es de 56.4%. Según las proyecciones del IMCO, México no alcanzaría este promedio hasta el año 2064, a menos que se aceleren los esfuerzos para cerrar esta brecha de género.

En el marco del año electoral y con la primera presidenta mujer en México, Fernanda García, directora de Sociedad Incluyente del IMCO, ha destacado que esta coyuntura representa una oportunidad para impulsar políticas públicas que favorezcan la inclusión femenina en la economía. Aunque no se garantiza automáticamente una agenda con mayor enfoque de género, la presencia de más mujeres en posiciones de liderazgo podría significar avances significativos en materia de igualdad y equidad.

De acuerdo con las estimaciones del think tank, si se lograra aumentar la participación de las mujeres en la economía para alcanzar el promedio de la OCDE en 2030, se podría aportar un 15% al Producto Interno Bruto (PIB) de México. Esto resalta la importancia de promover la inclusión laboral de las mujeres como un factor clave para el desarrollo económico del país.

Por otro lado, se ha señalado que el 54% de las mujeres que participan en la economía lo hacen de manera informal, una cifra que se ha mantenido constante en las últimas dos décadas. Esta situación conlleva a que 13 millones de mujeres no tengan certidumbre jurídica, carezcan de acceso a la salud y no cuenten con prestaciones laborales, lo que evidencia la necesidad de implementar medidas para garantizar la protección y el bienestar de las trabajadoras en el país.

En conclusión, la brecha de género en el ámbito laboral sigue siendo un desafío para México, pero también representa una oportunidad para impulsar cambios significativos que beneficien a la sociedad en su conjunto. Es fundamental que se promueva la igualdad de oportunidades y se eliminen las barreras que limitan la participación plena de las mujeres en la economía, con el objetivo de construir un país más inclusivo y equitativo para todos.

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