El impacto del nuevo impuesto al jitomate de Estados Unidos en México
El jitomate mexicano enfrenta un desafío sin precedentes en su principal mercado de exportación, Estados Unidos. La imposición de un arancel del 21% anunciado en abril de 2025 ha sacudido la estabilidad de una relación comercial que ha sido fundamental para la economía agrícola de México.
Con más del 90% de las exportaciones mexicanas de jitomate destinadas a Estados Unidos, la decisión de cerrar el acuerdo de suspensión firmado en 2019 ha generado incertidumbre en el sector. El jitomate es uno de los cinco productos agroalimentarios con mayor valor exportado por México, generando ingresos cercanos a los 3,200 millones de dólares.
La imposición del arancel ha tenido un impacto inmediato en estados productores como Sinaloa, que enfrenta una de las peores crisis hídricas en su historia. La falta de humedad en los suelos y el bajo nivel de las presas han debilitado la capacidad de riego y han detenido los planes de siembra.
A pesar de este panorama desafiante, la producción total de jitomate en México se estima en 3.1 millones de toneladas para 2025, con un ligero descenso del 3% respecto al año anterior. La agricultura protegida ha sido clave para contener esta caída, con siete de cada 10 jitomates cultivados bajo techo.
Además, los exportadores mexicanos están explorando nuevos mercados en Canadá, Europa y Asia, diversificando sus rutas de comercialización. Sin embargo, ninguna plaza ofrece la cercanía y el valor de Estados Unidos, lo que hace que el arancel tenga repercusiones más allá del precio.
El impacto del arancel también se siente en la economía estadounidense, donde las importaciones de jitomate mexicano generaron un impacto económico total de 8,326 millones de dólares en 2024. Esta decisión reaviva una disputa en un escenario donde México ha aumentado su dominio en el mercado de jitomate en Estados Unidos.
El vínculo entre el jitomate mexicano y Estados Unidos es una relación de dependencia compartida que atraviesa fronteras y sincroniza economías. Aunque un arancel no rompe este lazo de inmediato, sí lo debilita. Se espera que ambas naciones encuentren una solución para evitar que esta medida afecte a los consumidores y a la estabilidad del sector agrícola en ambos países.
