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La creciente dependencia de las empresas de IA en Estados Unidos en la energía china

Los gigantes de la tecnología como Google y Microsoft han apostado por la operación continua de centros de datos, impulsados principalmente por energías libres de emisiones de carbono. Sin embargo, la dependencia de Estados Unidos en el gas natural y las importaciones chinas representa un riesgo en medio de la creciente guerra comercial entre ambas naciones.

Según Óscar García, especialista en energía de la empresa mexicana Energía Real, entre el 70 y el 80% de la generación y almacenamiento de energía en Estados Unidos proviene de China. Esta situación se ve reflejada en la importación de casi 20,000 millones de dólares en paneles solares en 2023, lo que evidencia la vulnerabilidad de Estados Unidos en el sector energético.

China, por su parte, ha consolidado su dominio en el mercado mundial de energías renovables, con una sobrecapacidad de producción que ha llevado a sus principales fabricantes a establecer acuerdos para mantener los precios. En el primer semestre de 2024, China añadió nueva generación de energía limpia equivalente a la producida por todo el Reino Unido, y planea triplicar su capacidad en renovables para 2030.

A pesar de los crecientes aranceles impuestos durante la administración de Trump, las importaciones de paneles solares desde China han aumentado, especialmente debido al crecimiento de los centros de datos. Microsoft, por ejemplo, se ha comprometido a que el 100% de su suministro de energía sea renovable.

Reemplazar a China en el mercado de energías renovables no es tarea fácil para Estados Unidos, ya que enfrenta diferencias significativas en costos de producción. García señala que un kilovatio pico producido en China es entre un 160% más barato que en Estados Unidos. Además, Estados Unidos tiene una dependencia limitada de minerales clave para la fabricación de paneles solares, en comparación con China.

La dependencia del gas natural en el sector eléctrico de Estados Unidos complica aún más la transición hacia fuentes de energía renovable. La política energética de la administración Trump ha virado hacia el apoyo a los combustibles fósiles, lo que plantea desafíos adicionales para la descarbonización de la matriz energética del país.

En este escenario, las empresas tecnológicas han mostrado su conformidad con las políticas de Trump, incluso invirtiendo en la creación de empleos dentro de Estados Unidos en lugar de en el extranjero. La dependencia de China en el sector energético y la necesidad de diversificar las fuentes de energía se presentan como desafíos clave para el futuro de la energía en Estados Unidos.

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