La salida de EE. UU. del acuerdo de impuesto mínimo global: impacto tembloroso en México
El futuro del nearshoring en México se ve amenazado por el backshoring en Estados Unidos
El fenómeno del nearshoring, que en un principio parecía una oportunidad prometedora para México y otros países latinoamericanos, se ha visto eclipsado por la tendencia del backshoring en Estados Unidos. Expertos en economía y finanzas han señalado que la preferencia de las empresas por regresar a territorio estadounidense en lugar de establecerse cerca de él representa un desafío para la economía mexicana.
Según datos de la Secretaría de Hacienda, el Impuesto Sobre la Renta (ISR) ha pasado de contribuir con el 24.1% de los ingresos públicos en 2014 al 35.7% en noviembre de 2024. Ante esta realidad, algunos especialistas han sugerido la posibilidad de reducir la tasa de ISR en México como una medida para incentivar la inversión y la permanencia de las empresas en el país.
Sin embargo, esta propuesta se enfrenta a varios obstáculos, ya que el ISR es uno de los impuestos que más aporta a la recaudación fiscal en México. Además, la brecha entre la tasa de ISR en Estados Unidos y en México se ha ampliado significativamente en los últimos años. Mientras que en Estados Unidos la tasa corporativa se redujo al 21% en 2018, en México se mantiene en un 30% desde 2010.
A pesar de los esfuerzos del gobierno mexicano por ofrecer incentivos fiscales, como la depreciación acelerada para las inversiones de empresas transnacionales, la competencia con Estados Unidos se ha vuelto cada vez más desigual. La posibilidad de que la tasa de ISR en Estados Unidos se reduzca aún más, hasta un 15%, podría llevar a empresas mexicanas a considerar la opción de trasladar sus operaciones al país vecino en busca de una carga fiscal más favorable.
En este contexto, las autoridades mexicanas enfrentan el desafío de encontrar estrategias efectivas para mantener la competitividad del país como destino de inversión. La incertidumbre en torno al futuro del nearshoring y la creciente atracción de Estados Unidos como sede de operaciones plantean un escenario complejo para la economía mexicana en los próximos años.