El impacto de las visas de 100,000 dólares en el sector financiero de Nueva York
El impacto de la nueva tarifa de 100,000 dólares impuesta por la administración de Donald Trump a las visas H-1B para trabajadores extranjeros cualificados está comenzando a hacerse sentir en empresas financieras como Goldman Sachs. Esta medida ha obligado a estas empresas a revaluar sus prácticas de contratación en el extranjero, lo que podría tener consecuencias significativas en la economía.
Según datos del servicio migratorio estadounidense, Goldman Sachs fue el mayor receptor de visas H-1B en Nueva York durante los dos primeros trimestres de 2025. La ciudad de Nueva York ha sido la que más ha acogido a beneficiarios de este tipo de visas en todo Estados Unidos, con una concentración impulsada principalmente por las contrataciones en el sector financiero de Wall Street.
Los principales beneficiados de la H-1B en Nueva York son los bancos de inversión Goldman Sachs, Morgan Stanley y Citigroup, así como la empresa de datos financieros Bloomberg y la consultora McKinsey. Además, universidades como Columbia y NYU, junto con instituciones médicas como el Memorial Sloan Kattering Cancer Center, también han contratado empleados extranjeros a través de este programa.
Sin embargo, la nueva tarifa impuesta por Trump podría llevar a una reducción significativa en las solicitudes de visas H-1B, especialmente en roles técnicos dentro de la industria financiera, como ingeniería de software, análisis cuantitativos y ciencia de datos. Expertos como el profesor de economía Ethan Lewis de Dartmouth College creen que esta medida tendrá un impacto negativo en la economía al limitar la contratación de trabajadores extranjeros altamente calificados.
Ante la incertidumbre generada por esta nueva política, empresas como Goldman Sachs, Bloomberg y Citigroup se mantienen en silencio sobre cómo la tarifa de 100,000 dólares afectará su capacidad para contratar empleados en el futuro. Se espera que esta medida provoque una disminución en el uso de visas H-1B y genere desafíos adicionales para las empresas que dependen de trabajadores extranjeros para roles especializados en sus operaciones en Estados Unidos.
