Estados Unidos busca recuperar su poderío industrial con el reshoring, mientras México apuesta por el nearshoring para atraer inversiones y fortalecer su base industrial en un contexto de tensiones y cooperación bilateral.

Según un análisis del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), la industria automotriz se perfila como una de las estratégicas para complementar a Estados Unidos, y México, como el quinto productor mundial de autopartes, tiene una oportunidad única para consolidarse como proveedor preferente en este sector.

Además, el país se posiciona como un aliado valioso en la industria de semiconductores, con la atracción de inversiones clave y la puesta en marcha del Proyecto Kutsari para crear un ecosistema integral en este ámbito.

En el sector farmacéutico, México busca diversificar su producción para abastecer a Estados Unidos y Latinoamérica, aprovechando su concentración de laboratorios y filiales de importantes empresas del rubro.

En cuanto a minerales críticos, México se consolida como un proveedor estratégico para Estados Unidos, con la apuesta por una minería sostenible y tecnológica que genere valor agregado local.

La complementariedad económica entre México y Estados Unidos sigue vigente, a pesar de los desafíos comerciales actuales. Si México mantiene una estrategia inteligente, podrá insertarse con fuerza en la nueva arquitectura industrial de América del Norte y seguir fortaleciendo su posición como socio clave en la región.